Por: Jorge E. Giraldo.

Remotos son los tiempos en que la gente se quitaba el sombrero cuando escuchaba en las tarimas y sitios públicos a los grandes oradores del partido liberal, cuando las ideas, la democracia, el bien común y el pueblo eran en centro de los discursos, que hasta sacaban lágrimas de emoción a quienes los escuchaban, hoy día hasta en viejos cassettes hay quienes los tienen de colección, teniendo como referente a Jorge Eliécer Gaitán, López Michelsen y Galán, entre otros.
Ahora todo es diferente, el “trapo rojo” está desteñido, la corrupción, las mentiras, la lagartería, la poltiquería y las componendas acabaron con las ideas liberales, a lo que se suma que muchos de sus líderes emigraron hacia otros partidos buscando más espacios o simplemente sus intereses personales y burocráticos antes que por convicción los llevaron a abandonar las todas rojas, antes motivo de orgullo y hoy motivo de vergüenza para muchos, la ridícula votación obtenida por el candidato presidencial Humberto De la Calle Lombana que ni siquiera pasó el umbral es la clara prueba de lo que quedó del otrora partido del pueblo. Claro, la culpa no es de Él, era un buen candidato y tenía como banderas las ganancias políticas del proceso de paz.
Otra de las causas para que le hayan echado los “santos oleos” en las urnas al liberalismo el pasado 27 de mayo es la falta de renovación, como es posible que aún el ex presidente Gaviria quita y pone a su antojo y amaño, generando divisiones y que muchos de los más importantes líderes de la colectividad emigren hacia otros partidos políticos o creen sus propios movimientos; feriando avales a personas sin convicciones ni ideologías, como ocurre en el Cauca con Gema López, que cada 4 años se va para un partido diferente y luego aterriza en el liberalismo después de haber “rajado” de el; obviamente que eso se castiga en las urnas y repercute en la estructura del partido. Son liberales cuando les conviene y los dirigentes permiten siempre que se prostituya el partido sin importar su historia y las ideologías que lo llevaron a poner el mayor número de presidentes que ha tenido Colombia por un partido político.
Ejemplo de acomodos y politiquería hay muchos, recordemos hace dos periodos cuando una consulta liberal para la Gobernación del Cauca la ganó el “Mono” Eduardo José González pero sus dirigentes se llevaron los votos hacia el Dr. Guillermo Alberto González quien había sido avalado por el movimiento Afro (lo único negro que tenía serían los pelos de las orejas).
Con lo que acaba de suceder, en donde el voto de opinión se fue hacia las candidaturas de Gustavo Petro y Sergio Fajardo quienes sumaron casi 9 millones de votos, fue un rechazo hacia los partidos tradicionales; la gente ya no vota por partidos y menos si estos están fracturados en medio de la politiquería y la corrupción, la falta de renovación y de ideas como el otrora glorioso P. Liberal.
Casi típico de la lagartería y el clientelismo fue lo hecho por el ex Presidente Gaviria y Jefe del Partido, quien sin pudor alguno al otro día de haberle dado un entierro de tercera con la debacle de Humberto de La Calle que ni siquiera pasó el umbral, Él, Gaviría salió a apoyar a su contrincante Iván Duque – mentor de Uribe Vélez a quien había señalado de ser enemigo de la paz y de estar aliado con grupos armados; aquí se acabaron las ideas liberales incluso en temas como los de grupos LGTB y el aborto defendidos ampliamente por las ideas liberales quedaron a un segundo plano por cuanto en el Uribismo estos temas están vedados.
Que tristeza que los liberales que tanto defendieron los procesos de paz ahoya se fueron a apoyar a quienes los quieren enterrar. Más dignidad tuvo Humberto de La Calle que prefirió quedarse quieto y algunos pocos Congresistas que con dignidad optan por reconocer que fueron derrotados y no se acomodan con unas campañas de las cuales fueron sus detractores.
Ese cuentico de que la “política es dinámica” no es más que un sinónimo de clientelismo y lagartería, llegar a acomodarse donde no los llaman buscando beneficios propios luego de haber “rajado”, insultado y tener posiciones ideológicas totalmente antagónicas no se los cree nadie, lo que ocurre en el Cauca y en Santander de Quilichao en donde hay unos pintorescos personajes que se unieron a unas candidaturas de las cuales siempre fueron sus principales detractores cambian de color … de “pardo a oscuro” como cambiarse las guruperas, es hasta una falta de respeto para con la gente que un día creyó en ellos. Ojalá y esto que pasó con el partido liberal sirva de lección y se actué con lealtad.

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