Por: Jorge Sterling

Durante seis meses continuos el médico cirujano Oscar Consuegra, candidato en 2019 a la alcaldía de Santander de Quilichao, Cauca, sufrió un intento de silenciamiento cuando le ofrecieron 250 millones   de pesos para que retirara su aspiración, fue amenazado de muerte si continuaba en campaña, le hicieron un atentado desde dos vehículos y lo llamaron cuatro veces para extorsionarlo. A pesar de estos hechos, de que no hubo investigaciones y de que nunca le han puesto escoltas camina por las calles, acude diariamente a su trabajo, continúa ejerciendo su liderazgo social y político, mantiene un programa radial de opinión y sigue con su decisión de sanar política, social y culturalmente a su tierra natal y de exigir la implementación del acuerdo de paz.

La maleta millonaria y la amenaza de muerte

 A comienzos de agosto de 2019, cuando Oscar consuegra era el candidato inscrito por el Movimiento Alternativo, Indígena y Social (MAIS) para la alcaldía de Santander de Quilichao en las elecciones del 27 de octubre de ese año, llegaron a la casa del médico dos hombres a quienes él jamás había visto. Llevaban una maleta y le dijeron que Él “el doctor” le mandaba a decir que retirara su candidatura y que para ello le enviaba un regalo. El galeno abrió la maleta y vio varios fajos de billetes. Los hombres le dijeron que había 250 millones de pesos. Consuegra les contestó que precisamente esas costumbres corruptas eran las que él estaba combatiendo con su candidatura, les devolvió el envío y los emisarios se fueron. Le pregunté varias veces quién era “el doctor” que le había enviado la plata y me contestó que sus visitantes nunca se lo dijeron pero que él supone que no fue un empresario sino un político de la región.

            La semana siguiente a la visita de los dos individuos el médico-candidato recibió una llamada telefónica.  “Quédese quieto, no se meta más, deje de hablar porque si sigue lo matamos” le dijo un hombre que colgó enseguida.

             El 27 de octubre, con una voluminosa votación, la liberal Lucy Amparo Guzmán González ganó la alcaldía de Santander de Quilichao. Oscar Consuegra del Movimiento MAIS obtuvo la cuarta votación entre los cinco aspirantes. Los otros fueron Andrés Sadovnick, del partido de la U, Alfonso Trujillo, de la Alianza Democrática Afrocolombiana y Andrés Aroca del Partido Conservador.

22 de noviembre de 2019, nueve de la noche

El jueves 21 de noviembre  de 2019,  luego de varios meses de preparación, en todos los pueblos y ciudades del país los colombianos salieron a las calles  a protestar  ruidosamente  contra el  cúmulo de problema que los asfixiaba  luego de un año y tres meses del gobierno de Iván Duque y su partido Centro Democrático en alianza con los conservadores y con buena parte de las iglesias evangélicas, gobierno que, como promesa principal de campaña, anunció que echaría atrás el Acuerdo  Final Para Una Paz Estable y Duradera firmado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC-EP. Las marchas de ese día, conocido después como N21, terminaron por la noche con el golpeteo de millones de cacerolas en las casas de una planta, en los edificios de 20 pisos, en los parques, las avenidas, las esquinas y desde los carros. El cacerolazo nacional continuó el viernes 22 de noviembre desde las cuatro de la tarde.

            Si Colombia siempre recordará el N21 Santander de Quilichao jamás olvidará el viernes 22 de noviembre de 2019. La noche quilichagueña de ese 22 empezó a desarrollarse según la costumbre: en las calles que rodean la plaza de mercado los vendedores instalaban sus carpas, las discotecas empezaban a recibir a sus clientes, el circo Águilas Humanas, instalado diagonal a la estación de policía, realizaba su última función, en el parque central los universitarios culminaban el cacerolazo. A las 9 de la noche retumbaron dos explosiones que se escucharon en los 46 barrios y las veredas que rodean a la cabecera municipal. Los trapecistas de Águilas Humanas no alcanzaron a presentar su número porque la luz eléctrica se cortó y los espectadores entraron en pánico y abandonaron la carpa. En toda la ciudad quienes saben ubicar la procedencia de los sonidos sospecharon que las detonaciones habían ocurrido en la Estación de Policía (carrera 13 entre calles 12 y 13, salida a Cali) y a pie, en bicicleta, motos y carros medio pueblo se desbocó hacia el lugar.

            La Estación de Policía había sido atacada con dos poderosas bombas artesanales, conocidos como tatucos, lanzadas desde un camión que dos hombres parquearon durante diez segundos al frente del lugar. Una bomba cayó adentro, la otra pasó por encima hasta la calle de atrás donde impactó y dejó en el piso una vivienda y afectó a 20 más. El resultado del ataque, fuera de la destrucción material, fue tres policías muertos, siete policías heridos y tres civiles heridos. Los diez últimos fueron llevados al hospital local Francisco de Paula Santander, luego los más graves fueron trasladados a una clínica en Cali. Una semana después las autoridades capturaron a varios hombres bajo la acusación de haber participado en el ataque.

22 de noviembre de 2019, once y media de la noche

Por colegaje, por solidaridad social y por su formación profesional cada vez que en Santander de Quilichao se presenta una emergencia como la del 22 de noviembre del 2019, todos los médicos sin importar en cuál entidad laboren, acuden al hospital a colaborar en la atención de los heridos. Esa noche el médico cirujano Oscar Consuegra estaba en su casa en el barrio El Rosario, ubicada a seis cuadras del hospital; cuando supo lo básico sobre la explosión subió a su automóvil y partió a ayudar a sus colegas. Estacionó su vehículo a 20 metros de la entrada de urgencias, sobre la calle tercera, muy cerca del Palacio de Justicia. A las 11:30 de la noche, estabilizados unos heridos y remitidos a Cali los más graves Consuegra decidió volver a su casa. Abordó su carro, avanzó dos cuadras hacia el oriente, cruzó a la derecha por la calle 7B, pasó frente a la EPS Cosmitet, de la cual es Coordinador Médico Regional, avanzó bordeando la piscina municipal y antes de salir a la esquina de la calle 2B con carrera 7 vio que un automóvil lo seguía y una camioneta le cerraba el paso. Oyó enseguida tres disparos. El médico detuvo su carro en la parte más oscura, se bajó y se descolgó al cauce del rio Quilichao, caminó hacia arriba y se sentó en una piedra debajo del puente de la carrera 7. El agua le llegó a la cintura, desde allí oyó que los ocupantes de los dos carros se bajaron, lo buscaron, hablaron y se fueron. Dice el cirujano que sus perseguidores no supieron para dónde había cogido debido a la ropa oscura que vestía.   Esperó un rato y alcanzó a distinguir a un vecino que pasó en su carro, luego salió y, dando un rodeo, caminó las tres cuadras que lo separaban de su casa. A su esposa no le contó lo que acaba de sucederle. Llamó al amigo que vio desde el rio y le preguntó qué había observado en el puente, el otro le contó que vio “tres manes raros” pero no detalló lo que estaban haciendo.  A las tres de la mañana Consuegra se levantó y dando otro rodeo, bajó por la orilla norte del rio Quilichao, como si viniera del barrio Belén; llegó hasta donde había abandonado su carro, se subió en él y arrancó para su casa. Con la luz del día revisó el auto y vio que no tenía impactos de bala pero sí un hundimiento en la puerta del copiloto.

Las cámaras no revisadas

El sábado 23 de noviembre de 2019 era un día difícil para que los organismos de investigación atendieran una denuncia como la del atentado de la víspera contra el candidato a la alcaldía Oscar Consuegra. Todos los sabuesos estaban concentrados en encontrar a los autores del ataque a la estación de policía. Sin embargo el galeno fue hasta la fiscalía donde le dijeron que volviera después. Al final el médico no entabló la denuncia formal y el ente investigador tampoco implementó acciones para esclarecer su caso.

            En las cuatro cuadras donde ocurrieron los hechos contra el candidato hay instaladas cuatro cámaras que captan todo lo que ocurre en la calle: la primera está en el restaurante La Barraca, la segunda (a escasos cinco metros) en el Palacio de Justicia, la tercera una cuadra más arriba, en la acera del frente, en un edificio de abogados; las tres entre sobre la calle tercera donde estuvo parqueado el automóvil del médico y seguramente los dos carros desde donde lo espiaban. La cuarta cámara la instaló la Policía en el parque Simón Bolívar, carrera 7, entre la piscina municipal y la entrada principal del colegio Instituto Técnico, al frente del afamado samán sembrado hace 120 años. Se dice que la cámara del edifico de abogados fue instalada en febrero de 2020, dos meses y medio después del atentado al cirujano. Ninguna de las cámaras fue revisada, un policía se limitó a decirle a Consuegra:  “hay que ver si funciona la del Instituto Técnico”.

Alcaldesa amenazada

Durante todo el día sábado 23 de noviembre varias organizaciones estuvieron convocando por las redes sociales a una velatón el mismo día, a las siete de la noche, en el parque Simón Bolívar, con el fin de rechazar el ataque a la estación de policía y sus consecuencias.

            Del entorno del parque Simón Bolívar forman parte el rio Quilichao, la piscina municipal, la EPS Cosmitet, la esquina donde atacaron a Consuegra y el puente bajo el cual él se escondió, así que la convocatoria de la protesta en ese lugar produjo en el médico cierta desazón. Sin embargo, a pesar de sus interrogantes, su preocupación y su ira, y sabiendo que arriesgaba su seguridad, decidió acompañar la jornada contra los violentos. Para relajarse se tomó tres cervezas antes de salir hacia el parque. Atendieron el llamado unas 200 personas entre universitarios, mujeres, militantes de MAIS y de “Para Sanar a Quilichao”, defensores de derechos humanos y activistas independientes. Hubo discursos, música y otras expresiones artísticas, luego marcharon hacia el parque central, el Francisco de Paula Santander.

            Al parque Santander llegó Lucy Amparo Guzmán González, elegida alcaldesa del municipio el 27 octubre pero aún no posesionada. Consuegra la saludó y le contó sobre el atentado que había sufrido la víspera y sobre las amenazas de agosto. La alcaldesa le respondió: “A mí también me han llamado para amenazarme”. Lucy empezó a ejercer como alcaldesa el primero de enero de 2020 pero nunca se volvió a hablar entre los dos sobre lo que le pasó al médico ni sobre los riesgos que sigue corriendo.

No era para usted”

El atentado contra Óscar Consuegra ocurrió dos horas y media después del ataque con tatucos a la Estación de Policía que dejó muertos, heridos y una gran destrucción. Desde el comienzo el cirujano tuvo claro que su caso quedaría opacado porque la Fiscalía se dedicaría a esclarecer el atentado a los Policías.

            Estaba resignado a aceptar la impunidad cuando cualquier día un desconocido le dijo que el atentado no era contra él, que hubo una confusión con las placas de su carro y la de otro hombre que había sido escogido como blanco. Al médico le pareció macabra la historia pero el dato le dio cierta tranquilidad, a pesar de que también le dijeron que el color de su carro era distinto al del hombre con quien supuestamente lo confundieron.

El extorsionista

El martes tres de septiembre de 2019, a las 3:53 de la tarde, Óscar Consuegra recibió la primera de las cuatro llamadas que le hizo un extorsionista. Faltaban 54 días para las elecciones en las cuales serían elegidos los nuevos alcaldes de Colombia. El médico era el candidato oficial del Movimiento Alternativo, Indígena y Social, MAIS, a la alcaldía de Santander de Quilichao, las campañas estaban en su punto máximo. El extorsionista le dijo que hablaba en nombre del comandante Mayimbú (un guerrillero de las FARC-EP que no se acogió al acuerdo de paz y que está organizando un grupo armado en el norte del Cauca). Le pidió 30 cajas de la droga glucantime con la cual se trata la Leishmaniasis, una enfermedad que afecta a quienes permanecen mucho tiempo en la selva.

            El mismo día el aspirante a alcalde fue a la Estación de Policía de Santander de Quilichao, habló con el comandante, mayor Luis Fernando Gómez, le contó sobre la llamada, el oficial lo contactó con el Gaula e hicieron un compromiso: la Policía haría rondas todos los días a la vivienda del galeno, a su consultorio en el centro médico Salud y Belleza y a su oficina de Cosmitet dejando constancia de las visitas en un cuaderno que el médico debió comprar. Le dieron botón de pánico y teléfono directo con el Comandante de la Policía local. Seis meses después de su diálogo con la policía Consuegra me mostró el cuaderno, limpio de comienzo a fin, mientras me decía que no había un solo registro de las visitas prometidas; en otras palabras: nunca hicieron las rondas.

            El hombre de las llamadas reapareció el 24 de enero 2020, a las 4:35 de la tarde, cuatro meses y 23 días después del primer contacto. Inmediatamente el excandidato llamó por teléfono al Fiscal especializado para Santander de Quilichao encargado de las acciones urgentes, le detalló el contenido de las llamadas y le pidió hacer seguimiento a la línea telefónica desde donde lo habían contactado. En la misma fecha le hicieron otras dos llamadas en las cuales le dijeron que al otro día, sábado 25 de enero, irían a su consultorio por la droga y que si no la tenía debía abandonar el pueblo en 24 horas. Consuegra me explica que la droga que le pidieron no es de venta libre, no se consigue en las farmacias y que el ejército tiene control sobre su distribución y comercialización. Con tres llamadas en un día el cirujano comunicó el caso al Gaula del Ejército. El oficial encargado le expuso tres opciones: 1. Organizar una entrega controlada para capturar el extorsionista y sus cómplices.2. Putearlo. 3. Cambiar el número de teléfono. Luego el militar le informó que había detectado que las llamadas provenían de la cárcel de Cartagena y que había cancelado el imei a la línea (el imei es el número interno que el fabricante asigna a cada teléfono). Extrañamente, a pesar de lo dicho por el oficial, el 14 febrero de 2020 a la secretaría de la Ips Salud y Belleza, donde el doctor Consuegra tiene un consultorio, entró una llamada proveniente de uno de los números desde donde contactaron al médico en enero. La secretaria no contestó y colgó.

 Quién es Óscar Consuegra

El nombre completo del excandidato a la alcaldía de Santander de Quilichao en 2019 es Oscar Javier Consuegra Arce, tiene 44 años, nació en esta población y pertenece a una familia popular bien reconocida. En Quilichao estudió la primaria y parte del bachillerato, se trasladó a Barranquilla donde se graduó de bachiller en el colegio José Eusebio Caro y como médico y cirujano en la Universidad Libre. En la Universidad Santiago de Cali, en la capital del Valle del Cauca, se especializó en auditoría en salud.

Consuegra fue médico de urgencias en el Hospital Universitario del Valle, Cali. En Quilichao durante 14 años ha sido médico de consulta externa del Hospital Francisco de Paula Santander, de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, del Centro Médico Centenario, de Saludcoop-Cafésalud-Medimás, de Coomeva y Comfenalco Valle.  Actualmente es coordinador médico de Cosmitet en su sede de Santander de Quilichao, también atiende en su consultorio privado en la Ips Salud y Belleza.

La carrera política del médico arrancó a sus 16 años en Barranquilla cuando se afilió a las juventudes liberales, una tendencia del liberalismo que pretendía retomar las banderas sociales que alguna vez tuvo el partido; cuando regresó a su tierra natal apoyó en campaña al exalcalde Luis Eduardo Grijalba, experiencia de la cual salió decepcionado, militó en la Alianza Social Independiente, en 2017 apoyó la campaña nacional del Movimiento Decentes, especialmente a Gustavo Bolívar y a Gustavo Petro. Para la campaña 2019 armó el Movimiento Para Sanar a Quilichao con sus amigos profesionales que se denominaron “El Grupo de los Siete”, en el proceso para escoger un solo candidato alternativo a las elecciones de alcaldía de ese año fue precandidato de la coalición Somos Alianza por Quilichao; este intento de unidad se desbarató y el médico fue proclamado candidato de MAÍS. En 2020 continúa fortaleciendo su movimiento Para Sanar a Quilichao, tiene un programa radial semanal sobre la actualidad política y social, escribe en ABeCe Noticias y entró a formar parte del Frente Amplio por la Paz de Santander de Quilichao, organización que busca que se implemente el acuerdo de paz firmado en 2016.

Cuatro medios y un solo fin

Intento de silenciarlo ofreciéndole dinero, amenazas de asesinarlo si no retiraba su candidatura a la alcaldía, atentado a la medianoche supuestamente por una confusión entre dos carros con placas y colores distintos, llamadas extorsivas antes y después las elecciones de octubre de 2019 parecen acciones orientadas a sacar del camino a un hombre que empieza a irrumpir en el panorama político del norte del Cauca y de Santander de Quilichao, segundo municipio del departamento y centro de contactos y negocios de narcotráfico, minería criminal, trata de personas, guerrilla y paramilitares y de ilegalidades en la política. Ese hombre es un profesional informado, con criterio y crítico, un político nuevo que surgió y se mueve en los sectores populares y alternativos, que creó su propio movimiento y que está llamando a otros a hacer causa común para combatir las malas costumbres político-administrativas.

Por todo esto Oscar Consuegra y quienes conocen las mañas y los alcances de la politiquería creen que lo que le ocurrió al médico fue muy grave a pesar de lo cual pasó como si nada significara. Todo tiende a atemorizarlo y a silenciarlo. Pero el médico cirujano que quiere sacar a su pueblo ha decidido seguir adelante.

Caso no registrado

Para 2020 el DANE proyectó para Santander de Quilichao una población de 113.000 habitantes. Con este incremento acelerado de la natalidad y la inmigración los conflictos sociales aumentan y los servicios escasean. En este marco el nuevo político Oscar Consuegra empezó a padecer una persecución insólita. El seguirá construyendo su destino pero su situación puede agravarse pues a la ausencia de investigaciones sobre lo que le ha ocurrido desde 2019 se agrega que su caso no fue registrado en el “Informe Sobre Violencia Política (primero enero de 2019 al treinta enero de 2020)” elaborado por el Observatorio Político-Electoral de la Democracia, organismo de la Misión de Observación Electoral (MOE). El informe consigna, con nombres propios, 42 amenazas y 16 atentados contra líderes políticos, sociales y comunales del departamento del Cauca. Entre esos nombres no está el del médico y excandidato quilichagüeño Óscar Javier Consuegra Arce.

Lea este escrito en ABeCe Noticias – Edición 510 mes de octubre – Páginas 16 y 17

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